Nerea Onaindia: «Nunca llegaremos al nivel masculino»
Un problema de rodilla retiró hace seis meses a la ex capitana del Athletic. Ahora juega en los despachos, como directiva
- Ahora que está fuera de la actividad deportiva, ¿cómo ve los toros desde la barrera?
De forma diferente. Después de tantos años jugando y haciendo algo con lo que disfrutaba un montón, tengo que cambiar el chip y estar con el equipo de otra manera. Eso de ser directiva ya lo conocía de tiempos del Leioa y el Sondika, sólo que ahora me dedico en exclusiva.
- Dos títulos del Athletic y el tercero, muy cerca. Va a parecer sencillo.
Desde luego que no. La primera Liga la ganamos por el goal average y en la segunda lo pasamos mal durante la primera vuelta. Ahora estamos arriba desde el principio, pero tenemos al Levante cerca y nos lo vamos a jugar contra ellas.
- Se habla de la posibilidad de que otros clubes poderosos potencien sus secciones femeninas. ¿Está de acuerdo?
Si es en serio, como el Athletic, sería importante, tendría repercusión. El Barça parece que se ha puesto un poco más en serio, pero hasta ahora las tenían casi abandonadas.
- Pero han fichado a Marigol, a quien se da más relevancia por haber intentado jugar con chicos. ¿Cree que a veces se frivoliza con estas cuestiones?
Es triste: no se ha hablado nada del Barça y ahora todo se centra en esta chica. Lo mismo ocurrió en su día con Milene, que llevaba más Prensa del corazón por ser quien era que por su calidad. Lo deseable sería que esos clubes aprovecharan el tirón para hacer las cosas bien.
- ¿Llegaremos a ver un fútbol femenino profesional?
Nosotras nos lo tenemos que tomar más en serio si cabe que los hombres. Si no generamos dinero y la gente no va a vernos Se necesita tiempo, pero creo que nunca vamos a llegar al nivel del fútbol masculino.
- En su día se habló de que la irrupción del Athletic femenino iba a producir un boom de este deporte en Vizcaya. ¿Ha sido así?
En dos años no van a ponerse a jugar todas las niñas, pero sí veo que cada vez se animan más, que lo hacen mejor. Los padres empiezan a darse cuenta de que por jugar al fútbol no van a dejar de ser chicas y los niños también pueden respetar y no ver extraño lo que hacen sus compañeras. En este sentido, el fútbol puede contribuir a cambiar algunos aspectos sociales desde la infancia.