Olga Carmona se destapa en la conquista de sus sueños
Un 12 de junio del año 2000 diez minutos antes que su hermano Tomás, nacía Olga Carmona, la jugadora del Real Madrid y de la selección nacional. El camino no ha sido fácil para la lateral Sevillana, actualmente tercera capitana del conjunto blanco, una vida como la de muchas jugadoras, que no ha sido fácil hasta llegar a ser una de las capitanas más jóvenes de la historia del club.
Cuando era muy pequeña Olga empezó con el baile flamenco, como buena sevillana, pero era algo que no le llamaba mucho la atención, y junto a sus padres Olga y Tomás decidieron que no siguiera yendo a sevillanas.
Mientras a sus hermanos Tomás (mellizo de Olga) y Fran empezaban su andadura en el mundo del fútbol en el equipo de su barrio, Olga los acompañaba a entrenar junto a su madre. En eso entrenamientos Olga descubrió lo que era su pasión, quería ser futbolista, le llamaba la atención la pelota y el césped.
Su madre al principio no quería que Olga jugara al futbol, y probaron con la natación, ahí Olga aguantó un poquito más que en sevillanas, pero realmente a ella lo que le hacía feliz era jugar al fútbol.
Siempre ha sido una niña con mucha personalidad, una niña que siempre ha luchado y ha perseguido lo que ha querido, y eso ha sido fundamental para el desarrollo de su carrera. Finalmente, Olga que seguía en su idea de jugar al fútbol, consiguió convencer a sus padres que terminaron cediendo y la apuntaron a jugar al fútbol. Sin darse cuenta era el primer paso para que se convirtiera en una de las mayores promesas del fútbol femenino andaluz y nacional.
Sus inicios fueron en el polideportivo Sevilla Este, muy cerquita del campo del Sevilla. Olga apenas jugaba, el hijo del entrenador compartía posición con ella y tuvo que seguir creciendo para poder jugar, apenas contaba para el entrenador. Ahí le llego la oportunidad de cambiar de aires, y lo hizo.
En sus inicios tuvo que compartir vestuario con niños, y ella estaba deseando compartir vestuario con más niñas, pero al ser tan pequeña aún no había equipos femeninos para su categoría. Con siete años hizo las pruebas con el Sevilla, donde había muchísimas niñas, estaba a punto de cumplir un sueño, Olga es madridista y sevillista de cuna.
Pasó las pruebas y fue pasando por todas las categorías inferiores del club de Nervión. El año que estaba en el filial, en los últimos partidos de liga, la entonces entrenadora Sevillista Maribel Márquez confió en ella para jugar la liguilla de ascenso a primera división. Olga fue una parte importante para la consecución del objetivo.
Dos años después, con el equipo consolidado en primera, y en el confinamiento por COVID, el Real Madrid tocó la puerta de la jugadora. Olga estaba apunto de cumplir otro de los sueños de su vida. El precio a pagar fue muy caro. Olga dejaría atrás su ciudad, su Sevilla y su familia, en especial a su madre, una persona importantísima en su vida, con la que les une mucho más que una relación madre e hija. Les une una relación de hermandad, puesto que su madre para ella ha sido y es su mayor apoyo, juntas comparten un tatuaje en el brazo.
Hoy en día Olga es una de las piezas más importantes para el conjunto blanco, esta temporada ha pasado a ser una de las tres capitanas del conjunto de Toril, esa personalidad que desde pequeña atesora seguro que ha tenido mucho que ver. Olga, por necesidades del equipo, ha sabido evolucionar y hoy en día es capaz de jugar de extremo, posición donde se abrió hueco en el Sevilla, de lateral posición donde más ha crecido, y una posición que le va como anillo al dedo, y en un sistema de 3 centrales como carrilera.
Este verano en la Eurocopa Olga se destapó, cuajando grandísimas actuaciones tanto contra Dinamarca, donde entro al partido en el segundo tiempo, como en cuartos contra Inglaterra.
Debemos pensar que las jugadoras después de entrenar, o jugar con sus equipos, son personas con historias magníficas que tienen una vida que muchas veces dejan atrás por conseguir un sueño por el que tanto han luchado.