Belén González: «Las primas por ganar o empatar no dan para vivir»
La ex jugadora del Athletic y Lagunak se ve obligada a 'colgar las botas' a sus 24 años
Con el Athletic ganó la Liga y jugó en Europa. Ahora, a sus 24 años, la futbolista de Atxondo Belén González ha decidido colgar las botas. Llega un momento en el que la ilusión no es suficiente. «No ha sido fácil. Me lo he pensado mucho, pero se me terminó el trabajo en Pamplona y las primas que nos dan por ganar y empatar no dan para vivir», explica la ex jugadora del conjunto navarro Lagunak. En todo el Estado apenas tres o cuatro equipos pagan un sueldo a sus jugadoras, el resto compagina como puede los estudios o el trabajo con los entrenamientos y las competiciones.
-¿De verdad deja el fútbol definitivamente?
Como jugadora sí. Si pudiera compaginarlo con otra cosa no lo cambiaría, pero ya está decidido.
-¿Cómo afronta esa decisión?
Me dio pena, porque son muchos años y haces buenas amigas. Pero para mí fue más duro marcharme del Athletic el año pasado, porque es mi equipo de toda la vida, y las compañeras eran casi como hermanas.
-¿Pero seguirá vinculada a este deporte de alguna manera?
Alguna oferta tengo para encargarme de algún equipo femenino de la zona, pero aún no está nada aclarado. Primero tengo que esperar a conseguir un trabajo y ver si me permite hacerlo. Si no, tendré que disfrutar de San Mamés los fines de semana y ver los toros desde el otro lado de la barrera. A todo el que lleva jugando al fútbol tantos años le resulta difícil dejarlo del tirón. «Años muy duros»
-¿Cree que llegará un día en el que también las mujeres puedan vivir del balón?
Aún queda mucho por hacer. Esperaba que este año el Athletic diera un incentivo a sus jugadoras, pero finalmente parece que no será así. Ojalá ocurra pronto.
-¿Qué le ha aportado el fútbol?
A mí me ha enseñado a sufrir, he madurado mucho. El deporte te da muchos disgustos, pero también muchas alegrías. No cambiaría nada de lo que he vivido jugando, ni lo bueno ni lo malo, aunque han sido años muy duros.
-Recientemente en una mesa redonda en Durango sobre el deporte y la mujer, se dijo que tras una deportista siempre hay alguien que la ha ayudado a seguir adelante. ¿Es cierto?
Estar sola en algunos momentos te hunde. La familia es muy importante. A mí mis padres me han apoyado siempre, pero tenía compañeras de clase que lo dejaban porque los padres les decían que tenían que estudiar. Ahora las cosas están cambiando, quizá porque ven que también ellas pueden llegar alto.