El resurgir de Emily Dolan
La portera norteamericana llevaba 688 días sin disputar un encuentro oficial
El fútbol, como la vida, es una montaña rusa de emociones. Cuando crees que todo va sobre ruedas, en el momento menos esperado, el castillo se derrumba y hay que volver a construirlo, piedra a piedra, bloque a bloque. También en el sentido contrario, no todo va como uno desea y llega un halo de esperanza que cambia el rumbo de la suerte. En esos momentos, el destino siempre guarda una segunda oportunidad y es lo que ha sucedido con la guardameta Emily Dolan este pasado fin de semana en la primera jornada del campeonato.
La estadounidense de 27 años se erigió como la gran protagonista del encuentro que enfrentó a su actual club, el Sporting de Huelva, frente al recién ascendido Villarreal. Las groguets no avasallaron su portería pero bien es cierto que en dos acciones que se asumían como gol desde la grada apareció Dolan para evitar que la suyas terminaran por debajo en el marcador. En concreto destacó una parada que le hizo a Estefa que lanzó a romper un libre directo desde la frontal a su poste izquierdo que repelió tirando de reflejos. El encuentro terminó cero a cero y se llevó el reconocimiento de sus compañeras y de la afición, no solo conscientes de su soberbia actuación sino también del calvario que ha sufrido hasta llegar a ese preciso instante.
Emily Dolan firmó este pasado verano por el cuadro onubense procedente del Real Betis, equipo con el que dio el salto a la liga española. Llegó a la disciplina verdiblanca a finales del mercado de la temporada 2018/19 cubriendo la baja de Miriam López, una de las guardametas artífices del ascenso junto a Raquel Zubeldia que actualmente sigue ligada al club. En aquel año, compartió portería con Erina Yamane y sumó ocho partidos oficiales, siendo uno de ellos, el histórico empate a uno en el derbi disputado en el Benito Villamarín ante 23.812 personas. Tras un primer curso de adaptación, llegaría la 2019/20, campaña en la que Dolan tocó fondo.
Aquel fue un verano de cambios en la estructura bética. Salieron futbolistas importantes como Rocío Gálvez o Virgy, hubo cambios en el banquillo; María Pry puso rumbo al Levante tras siete temporadas dirigiendo a la sección femenina, llegó Antonio Contreras y en portería aterrizó Méline Gérard, portera con amplia experiencia internacional y que venía en busca de una nueva oportunidad tras su paso por el Olympique de Lyon y Montpellier. Las grandes actuaciones de Gérard impidieron a Dolan hacerse un hueco. Sin embargo, una lesión de la meta francesa frente a la Real Sociedad, le abrió las puertas. Jugó la segunda parte de aquel encuentro que perdió el Betis (2-0) y porteriormete fue titular 3 jornadas después ante el Athletic Club, partido que terminaron llevándoselo las leonas por dos a uno. Su participación en el equipo estaba siendo testimonial y para colmo el 6 de noviembre de 2019 se confirmó el peor de los presagios: rotura de ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. En ese momento, comenzó un calvario entre la lesión y la pandemia que continuaría una vez recuperada puesto que en la 20/21 Méline volvió a copar la portería verdiblanca y no tuvo oportunidades.
Siguiendo los pasos de su ex compañera Anna Buhigas, que precisamente llegó al Betis para cubrir su baja durante la 19/20, fichó este verano por el Sporting de Huelva que confió en ella para defender la meta de un club histórico de la categoría. A las onubenses no les pesó que Dolan llevara más de 600 días sin competir. Su trabajo, esfuerzo, dedicación y constancia en la sombra darían sus frutos y así fue. Desde el partido en Lezama el 19 de octubre de de 2019 habían pasado 688 días desde su último partido oficial. En esta primera jornada, la norteamericana volvió a sentirse futbolista y las horas de gimnasio, trabajo de campo y puesta a punto tuvieron su recompensa en una oportunidad que no desaprovechó frente al Villarreal. Debut y portería a cero. El sacrificio de Emily Dolan merecía un momento así, y a buen seguro, no será el último.