Una metamorfosis para disfrutar
El Sevilla se ha metido por derecho propio entre los grandes
Si hay un equipo en el panorama sevillano que ha sufrido una metamorfosis absoluta, para lo bueno además, ése es el Sevilla Fútbol Club de la Superliga femenina. El heredero del antiguo Híspalis está tercero en la máxima competición, a un solo punto de dos equipazos como el Athletic y el Puebla, en cuyos campos arañó un empate impensable en épocas anteriores. Las jugadoras del Sevilla lo celebraron por todo lo alto, porque ese punto arañado era mucho más que una victoria. Fue la constatación de una nueva realidad tras años de sufrimiento.
El Híspalis estuvo a punto de desaparecer. El equipo sevillano jugaba para no descender de categoría y lo consiguió, pero los patrocinadores cortaron la fuente de ingresos y no encontraba dónde asirse. Hasta que medió el Sevilla, apoyado en la empresa Vilamar, para apostar fuerte por un deporte en clarísimo crecimiento.
Rocío Giráldez es la más veterana del equipo y ha sido testigo de esa transformación tan absoluta. Llegó a colgar las botas tras un partido en el Estadio de la Cartuja debido a la maternidad hace dos años. Ahora es madre de una niña de 20 meses a la que llamó con un nombre que viene a significar el tesón ante tantos impedimentos, Esperanza. Y ha vuelto al equipo: "No pensaba volver a jugar, pero íbamos a descender y me pidieron que volviera. Apenas pude participar y, esta temporada, cuando salió lo del Sevilla, me hizo ilusión ponerme la misma camiseta y con el mismo número que mi primo, el dorsal 5". La ex internacional española es prima hermana de Antonio Álvarez Giráldez, y nunca se imaginó que se entrenaría en el mismo lugar que el segundo técnico de Caparrós.
"Lo hemos pasado siempre muy mal –afirma Rocío Giráldez, que también juega de defensa central, como el mítico líbero de principios de los 80–, muy achuchadas. Vendíamos papeletas y la que llegaba tarde a los entrenamientos era multada para disponer de dinero, para lo que hiciera falta".
Otras de las veteranas del equipo, a pesar de su juventud (24 años), es María Jaén. También ha sido internacional absoluta y también ha vivido la época de vacas flacas, puesto que lleva en el equipo ocho temporadas: "Nosotras tuvimos que llegar a pagar un euro cada vez que íbamos a jugar para lavar las equipaciones o comprar utillaje".
El Sevilla posibilitó que el equipo femenino se viera reforzado con siete fichajes, tuviera un lugar digno de entrenamiento, todo el utillaje y las equipaciones, una seguridad que antes no existía: "Antes no sabíamos si el próximo partido íbamos a poder jugar, porque no había dinero para los desplazamientos", recuerda María Jaén. Asume que la responsabilidad también ha crecido: "Estamos en camino de la profesionalización, porque todavía somos el único equipo amateur aunque la gente crea que cobramos. Hay mejores instalaciones y no es lo mismo representar al Sevilla, hay más responsabilidad, tenemos un servicio médico y estamos ganando en muchas cosas. El endocrino creo que nos va a hacer una dieta personalizada después de Navidad".
Entre los factores determinantes de este cambio están los siete refuerzos realizados: la guardameta Inés y las jugadoras de campo Chabe, Amparo, Ali, Vanessa, Rocío López y, sobre todo, Auxi, la máxima goleadora del equipo. La rondeña mantiene el récord europeo de goles en un mismo partido, pues con el Levante hizo trece, y está respondiendo a las expectativas. El Sevilla les facilitó el alojamiento y un trabajo. Son profesoras de las tres escuelas de fútbol femenino que hay en Torreblanca, el Charco de la Pava y la propia ciudad deportiva, con un centenar de alumnas. Pero no cobran por jugar ni un duro, como sus compañeras.
Ahora, la perspectiva es muy otra. "Aspiramos a todo. Tenemos la ilusión de la Copa de la Reina y quién dice que no podemos ganar la Liga después de empatar en Puebla y en Lezama", dice María Jaén. "Este año será difícil –arguye Rocío Giráldez–. Quizás el año que viene, coincidiendo con el Centenario, podamos ganar la Liga". Es la ilusión de unas jugadoras que nunca perdieron la esperanza.Sebastián Borrás es artífice principalísimo de la eclosión del Sevilla. Curró como nadie en los tiempos malos y ahora se ha embarcado de lleno en este proyecto de ilusión. "Cuando vi la plantilla que teníamos dije que si no era capaz de meter al equipo entre los cinco primeros, sería un fracaso, y lo mantengo", afirma el entrenador sevillista. Además, cree que una de las claves del cambio, además de los importantes refuerzos –"les hizo mucha ilusión venir a una entidad centenaria", comenta– y del perfecto acoplamiento entre las nuevas y las antiguas jugadoras, es la dinámica de entrenamientos: "Lo fundamental es que ahora podemos trabajar de verdad, con un campo para nosotros de césped. Antes, sólo teníamos medio campo de tierra en Hytasa"