La plantilla del DTI Estudiantes expresa su alegría por alcanzar la salvación
Algunas jugadoras pensaban al principio que el punto no les valía
El DTI Estudiantes puso el domingo fin a su agonía. Llevaba semanas peleando por escapar del descenso y, aunque más tarde de lo deseado, por fin pudo conseguirlo y, al menos durante una jornada, el equipo y sus seguidores podrán disfrutar de una semana tranquila. La Superliga aumenta de nivel a ritmos agigantados y el objetivo de la permanencia con la que partían las rojinegras esta temporada ha estado este año más reñido que nunca.
Cándido Rosado, director deportivo de la entidad y entrenador del DTI Estudiantes, se congratulaba de que el esfuerzo realizado en los últimos dos meses de competición haya dado sus frutos: "Llevábamos desde hace tiempo trabajando duro mañana y tarde para conseguir este objetivo de mantener la categoría y por fin se ha conseguido gracias al trabajo y sacrificio de las jugadoras, que han superado las muchas limitaciones que teníamos a base de entrenamientos, de dar el callo y de querer mejorar cada día".
Del partido, que comenzó francamente mal para los intereses estudiantiles, comentaba que "la primera parte fue de dominio alterno donde, si bien el control estuvo más a nuestro favor, el Lagunak dispuso de más ocasiones y en la que tuvo en el último minuto se puso por delante en el marcador. La segunda mitad fue nuestra y a base de garra y esfuerzo empatamos muy pronto, lo que vino bien para que el equipo cogiera confianza, e incluso tuvimos ocasiones para habernos llevado el partido".
El técnico onubense quiso que sus jugadoras estuvieran concentradas en el partido y por ello no permitía que ninguna jugadora del campo ni del banquillo se enterase de lo que estaba haciendo el Pozuelo en Sant Adrià. Así, a muchas de las jugadoras rojinegras la permanencia les cogió por sorpresa. Una de ellas era Sandra, la autora del gol salvador: "Yo estaba en el suelo toda triste porque pensaba que nos la teníamos que jugar con el Rayo, y todas las demás festejándolo detrás mía y yo sin enterarme", decía la jugadora afincada en San Juan del Puerto.
Jenny: «Fue un día muy feliz e inolvidable»
En parecidas palabras se expresaba la canterana Jenny, ascendida al primer equipo mediada la segunda vuelta del campeonato. "La verdad es que creía que el empate no nos valía y que nos la jugábamos el último partido, pero cuando vi a Adri y a las demás diciendo que el Pozuelo había perdido me sentí muy bien; me entraron ganas de llorar, de reír...muchas sensaciones al mismo tiempo", decía la delantera rojinegra, que el domingo cumplía 21 años y no podía tener mejor regalo. "Fue un día muy feliz e inolvidable", confesaba.
En cuanto al encuentro en sí, Jenny comentaba que "fue un partido muy disputado y encima se unieron los nervios y el miedo, pero bueno, nadie nos va a quitar lo que sentimos nada más enterarnos que matemáticamente estábamos salvadas".
Otra onubense, María Martín, decía horas más tarde del pitido final que "me siento muy contenta y ya tranquila sabiendo que el año que viene seguiremos en Superliga". Una temporada, la próxima, que la extremo diestra está convencida de que "va a ser totalmente diferente a ésta". De la que ya llega a su fin, María dice que ha sufrido "bastante", y que el partido contra el Lagunak "ha sido muy duro y, al ver que no conseguíamos ganar sino un empate, nos sentíamos ya en Nacional hasta que el entrenador nos dijo que con el empate estábamos salvadas". "Yo ya estaba en la banda llorando", añadía.
Kátia: «Me puse blanca del susto»
Quien no se sabe si estará la próxima temporada es Kátia Cilene, ausente ante el Lagunak por sanción. La delantera brasileña siguió el partido desde la grada y calificaba de "sofoco" lo vivido en la mañana del domingo. Más aún cuando el conjunto navarro se puso con 0-1 justo antes del descanso. "Me puse blanca del susto", bromeaba la brasileña ya tranquila después del partido. "Ahora yo quiero jugar contra el Rayo el domingo y marcar los goles que hoy -por ayer- no pude", agregaba.
La guardameta Andréia Suntaque, compañera de selección de Kátia, también expresaba su alegría a la vez que hacía una petición a Cándido Rosado: "Míster, ahora toca 'féria' -fiesta-: cerveza, playa, sol...". Ya en serio, la portera estudiantil se sentía satisfecha por haber cumplido el objetivo para el cuál se trajo: "Vine aquí para ayudar a salvar al equipo del descenso y lo hemos conseguido. La lástima es que encajé un gol. Me pongo rabiosa cuando me marcan".
La benjamina del equipo, la central Viki, fue una de las jugadoras que más expresivas se mostraba al finalizar el partido. "Ha sido una temporada muy dura e intensa aunque con un final feliz y alegre", decía la de la Línea de la Concepción sosteniendo el brazalete de capitana en la mano.
"No sabía nada de que había perdido el Pozuelo. De hecho, cuando el árbitro pitó me quejé de por qué había añadido tan poco tiempo ahora que nos habíamos quedado en superioridad numérica. Luego, cuando vi en la banda a Adri, a Javi y a Candi saltando me pregunté '¿pero esto que es?'. Entonces comprendí que el Pozuelo había perdido y que estábamos salvadas". comentaba Mamen en la línea descrita por María y Jenny. La defensa extremeña, que ya tenía la mala experiencia de haber descendido con el Corderex La Antigua la pasada temporada, ha pasado por casi los mismos apuros la presente, aunque con un final más feliz. "Nunca había vivido algo así y ha sido maravilloso. Ha sido una temporada difícil, pero que tanto a nivel personal como colectivo ha sido maravillosa por lo bien que me he sentido en el equipo".
«Hay que ganar al Rayo»
Sonia Ayala, que llegaba al DTI Estudiantes procedente del Málaga empezada la temporada, tuvo en sus botas el 2-1 con una vaselina que se le quedó muy corta y dio tiempo a la portera del Lagunak para hacerse con el balón: "Me parezco a la 'Rubia'", comentaba jocosamente refiriéndose a las dos vaselinas falladas por Laura en los partidos contra el Sevilla y el Torrejón. "He sufrido mucho estas últimas jornadas. Además, con más rabia porque con lo de la expulsión, me he perdido cuatro partidos. Ahora ya estoy jugando otra vez y estoy mucho más tranquila después de enterarme que el Pozuelo ha perdido y que estamos salvadas".
Una que llegó, y otra que tuvo que marcharse. La portuguesa Edite Fernandes, que hubo de dejar su plaza de extranjera a Kátia, no fue ajena a la celebración y se enteró por boca de sus antiguas compañeras del éxito logrado: "Me alegro mucho por mis compañeras. Siempre hemos estado en contacto y estaba convencida de que al final el equipo acabaría manteniéndose en Superliga".
La temporada llega a su fin y este domingo el conjunto onubense disputará en Vallecas el último partido por este año. Mucho más relajadas, aunque sin perder la intensidad en los entrenamientos, las jugadoras volverán a los mismos hoy martes a las 18.30 y con el firme propósito de mantener la décima posición que actualmente ocupa el equipo en la tabla: "Tenemos que ganar al Rayo para despedir bien la temporada y porque no nos merecemos terminar tan abajo", era el comentario al unísono de la plantilla.