El Athletic consigue teñir Bilbao de rojo y blanco
El homenaje popular fue todo un éxito, con cerca de 6.000 seguidores aclamando a las campeonas
Era algo fuertemente reclamado por la afición rojiblanca desde que el Athletic consiguió ganar su primera Superliga hace dos años. Unas veces por motivos luctuosos, como el fallecimiento del Presidente Uria el primer año, otras por falta de valentía ante la posibilidad de una asistencia escasa de aficionados, los mandatarios rojiblancos no habían podido satisfacer hasta ahora las ganas de agasajar a las campeonas por parte de sus aficionados.
El domingo pasado las chicas del Athletic ya pudieron comprobar lo que les esperaba para este martes, al recibir la copa de manos del Presidente de la RFEF Angel María Villar. El evento tuvo lugar en San Mamés, ante la ovación de 30.000 personas que habían acudido a ver el partido de la 1ª División masculina Athletic-Sevilla. Los jugadores de ambos conjuntos recibieron a las campeonas con el correspondiente pasillo de honor.
A pesar del calor del público de San Mamés cuando Tzibi y Nerea recogieron la copa, algunas jugadoras temían que el número de aficionados que acudieran a los festejos de ayer martes fuera escaso, con el consiguiente enfriamiento a la hora de organizar futuras celebraciones. Nada más lejos de la realidad. Cuando el camión descubierto en el que viajaban las jugadoras y cuerpo técnico llegó a la Diputación, cerca de tres mil personas le estaban esperando con cánticos, camisetas rojiblancas, banderas y con los miles de claveles que La Agrupación de Peñas había repartido. El camión no pudo avanzar hasta la puerta del Palacio Foral y la Policía Municipal se vio obligada a hacer un pasillo entre la multitud por donde pasaron las jugadoras recibiendo múltiples muestras de cariño por parte de los más cercanos a la puerta de entrada.
Una vez en el interior, el Diputado General, José Luis Bilbao, les recibió en el Salón Central donde, tras unas breves palabras, les obsequió con una placa conmemorativa, siendo correspondido con una camiseta firmada por las jugadoras.
Mientras tanto, en el exterior el número de aficionados iba aumentando paulatinamente, creándose una gran expectación que estalló cuando las jugadoras se asomaron al balcón con el trofeo en sus manos. Cánticos de nuevo cuño junto al clásico himno del Athletic salían de las gargantas de los aficionados, mientras las jugadoras, más animadas incluso que el público, no paraban de cantar y bailar.
Pero lo más bonito faltaba aún por llegar. El paseo en el camión descubierto desde el Palacio Foral hasta el Ayuntamiento resultó un éxito total. Durante todo el trayecto las rojiblancas se encontraron con los dos laterales del camión atiborrados de gente, además de una gran muchedumbre que les seguía por detrás. Las jugadoras saludaban, tendían la mano a la gente, lanzaban flores... y confeti, muchísimo confeti que dejó la Gran Vía teñida de rojo y blanco.
Cuando las jugadoras y técnicos del Athletic llegaron a las escalinatas del Ayuntamiento, tenían a sus espaldas a 6.000 personas coreando eslóganes y canciones. En las escaleras se encontraron con un pasillo de honor formado por cadetes e infantiles del Athletic. Dentro les esperaba el aurresku de honor y de nuevo un breve discurso, esta vez del Alcalde de la ciudad, Iñaki Azkuna, que también recibió una camiseta firmada por la plantilla.
Los gritos que se oían desde el exterior hicieron que el protocolo en el interior del Ayuntamiento se acelerase, ya que las jugadoras estaban deseosas de volver con su afición. El balcón del Consistorio fue el nuevo escenario donde las jugadoras, con micrófonos que no habían tenido en la Diputación, pudieron expresar el cariño y el agradecimiento que sentían hacia su entregado público.
Tras casi dos horas de festejos, las tricampeonas se despedían, no sin antes hacer una promesa: repetir la celebración este mismo año, con la Copa de la Reina en las manos. El Presidente del Athletic, Fernando Lamikiz, ya les ha prometido que si ganan la Copa de la Reina y lo hace también el equipo masculino, ambos equipos compartirán la tan ansiada gabarra, símbolo de los éxitos rojiblancos. Ahí tienen un buen premio esperándoles.