Sandra: «Es muy difícil ser campeonas, porque cada partido es un mundo»
Le dio el triunfo al Sevilla en Barcelona con un gran gol pese a la fiebre
Poco a poco, el fútbol femenino se ha hecho un hueco importante en la realidad deportiva de Sevilla. Ha sido gracias al tesón de unas cuantas jóvenes y de varios técnicos y también al apoyo del Sevilla Fútbol Club. Ahora, los seguidores del club sevillista pueden mirar orgullosos la clasificación de la Superliga, pues el domingo se situó como líder su equipo. Todo se obró con un triunfo por la mínima junto al Miniestadi. Sandra fue la artífice de la victoria sobre el Barcelona. Lo hizo con un golazo de falta, y con fiebre. Aguantó en el campo una hora y después se retiró griposa.
La sevillista es una de las más antiguas del jovencísimo equipo pese a sus escasos 19 años. Sandra Jiménez Morillo (4-6-86) es sevillana de El Viso del Alcor, donde empezó a jugar al fútbol en las Escuelas Deportivas Municipales: "Comencé a los cinco años y estuve jugando con los niños hasta que cumplí 13 años. Entonces me fui al Mosquito de Alcalá. Hasta infantil estuve con los niños".
En el Mosquito llamó la atención de su actual técnico, Sebastián Borrás. "Empecé con el Híspalis chico, una vez que cumplí los 14 años, pero sólo jugué dos o tres partidos y ya di el salto al Híspalis grande", recuerda Sandra, una jugadora de banda que se desenvuelve por la derecha con rapidez, capacidad de desborde gracias a su recorte en seco y golpeo con ambas piernas. Su entrenador aún se sorprende del gol de falta que marcó el domingo. "Es increíble lo fuerte que le pega con esas piernas tan canijitas, tiene una gran técnica de golpeo", afirma Borrás.
Ahora, es una indiscutible en la banda derecha del Sevilla y una habitual en las convocatorias de Ignacio Quereda con la selección española, a la que ha acudido en ocho ocasiones. Además, forma parte de ese grupo de jugadoras que son la base continuista desde los tiempos del Híspalis: Willy, Cori, Cristina, Rocío Ríos, Alexandra y Lucía, la guardameta que ha vuelto este año tras su paso por el Sabadell y único refuerzo de esta temporada.
La gripe de Sandra tuvo un proceso lógico. El jueves se sintió mal, el viernes entrenó bajo una tromba de agua y el sábado ni siquiera pudo entrenarse. Pero mejoró el domingo y se ofreció para jugar. Con décimas de fiebre, Sandra marcó desde el pico del área el 0-1 en el minuto 48. Fue un lanzamiento duro y con rosca al segundo palo que dejó clavada a la guardameta del Barcelona. "Sabía que si iba al primer palo me taparía, así que le di fuerte al segundo", comenta Sandra, que poco después se retiró: "Aguanté un poco más, mientras calentaba Alexandra".
Sandra se tuvo que quedar en Santa Coloma en casa de una amiga, ex jugadora del club azulgrana, después de acudir a un dispensario porque la fiebre le había subido hasta cerca de 39º y no regresó con la expedición. Ayer se incorporó a los entrenamientos y la mente ya está en el partido del domingo ante el Torrejón.
"Nunca pudimos imaginar esto –reconoce–, pero es que hay equipo para estar ahí arriba. Sin embargo, no tenemos pensamiento de ganar el campeonato ni nada, sólo tener los pies en el suelo y tirar para delante. Todavía tenemos que jugar fuera con el Espanyol, el Athletic y el Rayo, por eso digo que es muy difícil ser campeonas, porque cada partido es un mundo".
Sandra usa la humildad, pero su equipo sólo ha cedido una derrota, en casa del Levante, y dos empates, en los 16 partidos de la Superliga. En casa, es infranqueable. "Ahora va mucha gente al campo, el Sevilla es un club grande con muchos aficionados y eso se nota muchísimo. Hay mucha gente detrás de nosotras, en la web y en los mensajes que mandan, hasta José María del Nido". Su deseo es que eso no cambie: "Tiene que seguir así, ahora necesitamos más apoyo que nunca".