Echan al técnico del Corinthians por criticar a una mujer árbitro
Le culpó de la derrota ante el Sao Paulo
El machismo en el fútbol no tiene futuro. Adenor Bacci, 'Tite', hasta el pasado martes técnico del Corinthians, lo sabe mejor que nadie. Sus comentarios de esa índole sobre el arbitraje de Silvia Regina de Oliveira en el clásico paulista, que el domingo último enfrentó a su equipo con el Sao Paulo, fueron la puntilla que remató al veterano preparador brasileño.
Cierto es que la derrota del 'Timao' ante su eterno enemigo escoció lo suyo, máxime teniendo en cuenta que el Corinthians, reforzado a golpe de talonario por su dueño, el empresario iraní Kia Joorabchian, no ha dado aún la talla en el campeonato Paulista.
Sin embargo, las injustificadas críticas de Tite a la labor de Regina de Oliveira desencadenaron un inesperado Leviatán social en el país de la samba que prácticamente obligó a los mentores del 'Timao' a despedir a su entrenador.
Y es que Tite se metió en terreno movedizo al desacreditar a Regina de Oliveira, a la que vino a culpar en gran medida de la derrota corinthiana. "No hay más remedio que admitirlo, aún más en un gran clásico. La velocidad con la que la colegiada acompañaba las jugadas no fue la adecuada. El fútbol de altísimo nivel, jugando a esa intensidad, no da para que las mujeres piten partidos", se justificó Tite.
Las sorprendentes palabras del técnico blanquinegro causaron de inmediato una reacción del Sindicato de los Árbitros de Fútbol del Estado de Sao Paulo. En una nota divulgada el pasado lunes por el citado organismo, respaldaban a Regina y agregaban que en su día cumplió todos los requisitos físicos para arbitrar un partido del campeonato estatal. De Oliveira conduce partidos profesionales masculinos desde el 2.000, sin que tuviera problemas.
Nerviosismo y pelea
Los malos resultados cosechados en las primeras jornadas del Paulista, incluyendo una goleada por 3-0 ante el Santos, desataron el nerviosismo en el seno del 'Timao', que estalló tras caer ante el Sao Paulo. Joorabchian entró a voz en grito en el vestuario pidiendo explicaciones a jugadores y técnicos, lo que provocó una agria disputa entre Tite y el iraní, quien decidió cesarle tras conocer sus críticas al trío arbitral femenino.